Unidad I Introducción a la filosofía: Tales de Mileto

Tales de Mileto
  Tales fue uno de los sabios de Mileto (siglo VII a.C.), que Aristóteles considero el primer filósofo. De él se narran dos anécdotas. La primera es que pasaba mucho tiempo contemplando los astros, el Sol y las estrellas. Un día Tales estaba mirando el cielo y por descuido se cayó en un pozo. Una joven de Tracia que pasaba por ahí, se burló de su preocupación por conocer las cosas del cielo, cuando ni siquiera se daba cuenta de lo que tenía a sus pies.
La segunda anécdota cuenta que unos conocidos, advirtiendo la pobreza de Tales de Mileto, le reprocharon la inutilidad y la falta de rentabilidad de la filosofía. Él, sin embargo, gracias a sus conocimientos de astronomía, logró prever una buena cosecha de aceitunas cuando aún era invierno. Con el poco dinero que tenía, consiguió alquilar los molinos de aceite de Mileto y de Quíos. En cuanto llegó la temporada, los alquiló al precio que qui­so y reunió una suma considerable de dinero para demostrar que es fácil para Los filósofos hacerse ricos cuando quieren, pero que ése no es el fin de la filosofía.
Hemos dicho que según Aristóteles, la filosofía se desarrolló en la primera mitad del siglo VI a.C. con Tales, uno los sabios de Mileto. Comenzaron entonces a elaborarse expli­caciones racionales (en griego, logos) de la realidad que se distinguen de los elementos mágicos propios del mito. Sin embargo, Tales tomó elementos mitológicos para explicitar su teoría. Por ejemplo, los griegos creían que todas las cosas tenían su origen en el dios Océano y la diosa Tetis. Por su parte, Tales señalaba que el principio de todas las cosas en agua. Pero la diferencia con los relatos míticos es que Tales basaba su supuesto en el hecho de haber observado que el alimento de todos los seres es húmedo y que el calor vive de humedad y que las semillas de todas las cosas son húmedas. También Tales había nota que el agua es uno de los elementos de la naturaleza que más formas puede adoptar. Tal usó la observación y el pensamiento y no la imaginación. Eso distingue a la filosofía del mito, aunque este último no es abandonado por completo.

Fuente: “Filosofía”, Marcelo Raffin, ED tinta fresca, Bs. As,2006, Pág. 8-12

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