¿Qué es el conocimiento?
La pregunta ¿qué es el conocimiento? ha sido abordada a lo largo de la historia de la filosofía. Incluso, los problemas relacionados con el conocimiento han dado lugar a ramas de la filosofía llamadas "Teoría del conocimiento", "Gnoseología", o "Epistemología".
Algunos autores han intentado describir lo que sucede cuando se da el fenómeno del conocimiento. El conocimiento es un tipo de relación que se establece entre un sujeto y un objeto. No podría haber conocimiento si faltara alguno de estos polos de la relación. Sujeto y objeto son conceptos interdependientes: sólo puede haber objeto de conocimiento para un sujeto cognoscente y alguien es sujeto cognoscente si tiene ante él a un objeto de conocimiento. Por ejemplo, si un científico está interesado en estudiar el fenómeno de los sueños, entonces los sueños pasan a ser su objeto de conocimiento y el científico, al investigar ese objeto, cumple el roi de sujeto cognoscente.
El conocimiento implica una acción del sujeto. En principio, esta acción consiste en atender a un aspecto de la realidad y en transformarla (por medio de esa atención) en objeto. La realidad que nos rodea nos ofrece infinidad de fenómenos, muchos de ellos muy complejos. Pero la actividad del conocimiento no se aplica a toda la realidad, sino a un aspecto de ella que (por diversos motivos) nos interesa especialmente. Si, por ejemplo, queremos conocer el comportamiento de un ciervo, observaremos lo que hace en su hábitat y dejaremos de lado todo lo que no tenga que ver con nuestro interés (el tipo de plantas que se encuentren en ese hábitat, el ruido de un arroyo cercano, la presencia de unos insectos que no molestan a este animal ni influyen en su comportamiento, etcétera).
¿Cuándo se da el conocimiento? El conocimiento tiene lugar cuando el sujeto cognoscente logra captar o aprehender características esenciales del objeto. Las características esenciales de un objeto son aquellas que lo hacen ser lo que es, aquellas que lo definen. Siguiendo con el ejemplo anterior, el ciervo que observamos tiene características particulares (el tamaño de sus cuernos, las manchas en su cuerpo) que no son esenciales a los ciervos sino que son accidentales (ese tamaño podría ser menor o esas manchas podrían tener otras formas). Obtendremos un conocimiento si logramos captar aquellas características que sí son esenciales a la especie de los ciervos (el modo en que obtiene el alimento, la manera en que se comunica con otros ciervos para alertarlos sobre la presencia de un animal que puede atacarlos).
Los problemas del conocimiento
La pregunta ¿qué es el conocimiento? ha sido abordada a lo largo de la historia de la filosofía. Incluso, los problemas relacionados con el conocimiento han dado lugar a ramas de la filosofía llamadas "Teoría del conocimiento", "Gnoseología", o "Epistemología".
Algunos autores han intentado describir lo que sucede cuando se da el fenómeno del conocimiento. El conocimiento es un tipo de relación que se establece entre un sujeto y un objeto. No podría haber conocimiento si faltara alguno de estos polos de la relación. Sujeto y objeto son conceptos interdependientes: sólo puede haber objeto de conocimiento para un sujeto cognoscente y alguien es sujeto cognoscente si tiene ante él a un objeto de conocimiento. Por ejemplo, si un científico está interesado en estudiar el fenómeno de los sueños, entonces los sueños pasan a ser su objeto de conocimiento y el científico, al investigar ese objeto, cumple el roi de sujeto cognoscente.
El conocimiento implica una acción del sujeto. En principio, esta acción consiste en atender a un aspecto de la realidad y en transformarla (por medio de esa atención) en objeto. La realidad que nos rodea nos ofrece infinidad de fenómenos, muchos de ellos muy complejos. Pero la actividad del conocimiento no se aplica a toda la realidad, sino a un aspecto de ella que (por diversos motivos) nos interesa especialmente. Si, por ejemplo, queremos conocer el comportamiento de un ciervo, observaremos lo que hace en su hábitat y dejaremos de lado todo lo que no tenga que ver con nuestro interés (el tipo de plantas que se encuentren en ese hábitat, el ruido de un arroyo cercano, la presencia de unos insectos que no molestan a este animal ni influyen en su comportamiento, etcétera).
¿Cuándo se da el conocimiento? El conocimiento tiene lugar cuando el sujeto cognoscente logra captar o aprehender características esenciales del objeto. Las características esenciales de un objeto son aquellas que lo hacen ser lo que es, aquellas que lo definen. Siguiendo con el ejemplo anterior, el ciervo que observamos tiene características particulares (el tamaño de sus cuernos, las manchas en su cuerpo) que no son esenciales a los ciervos sino que son accidentales (ese tamaño podría ser menor o esas manchas podrían tener otras formas). Obtendremos un conocimiento si logramos captar aquellas características que sí son esenciales a la especie de los ciervos (el modo en que obtiene el alimento, la manera en que se comunica con otros ciervos para alertarlos sobre la presencia de un animal que puede atacarlos).
Los problemas del conocimiento
En la actualidad, difícilmente alguien dude de la posibilidad de conocer y de los alcances del conocimiento.
Los avances científico-tecnológicos nos muestran la capacidad humana para comprender los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad. Sin embargo, esa evidencia es reemplazada por la duda cuando se toma conciencia de la inseguridad de gran parte de nuestros conocimientos. Y problemas planteados por diversos filósofos desde los inicios de la filosofía, siguen teniendo vigencia y siguen discutiéndose hoy.
Estos problemas son, al menos, tres:
1)El problema de la posibilidad del conocimiento:
¿Es posible conocer? Parece una pregunta absurda si tenemos en cuenta todo lo que los seres humanos han logrado descubrir y comprender. Lo que se plantea, en este problema, es si es posible captar y aprehender la realidad tal cual es. Dicho de otro modo, si es posible un conocimiento objetivo, necesario y universal. Como veremos en este capítulo, los sofistas y los escépticos niegan la posibilidad de un conocimiento objetivo. Para ellos, el conocimiento deriva de nuestras sensaciones y es, por lo tanto, subjetivo y relativo. Para los dogmáticos, en cambio, es posible un conocimiento certero y objetivo.
2) El problema del origen del conocimiento:
¿Cuál es el origen del conocimiento? ¿Cuáles son las fuentes del conocimiento? Estas preguntas indagan sobre cuáles son las facultades o capacidades humanas que nos permiten conocer. Desarrollaremos tres posturas que intentan responder a esta cuestión: la racionalista, la empirista y la criticista. Según los racionalistas, la razón es la facultad humana que hace posible el conocimiento. Para los empiristas esa facultad no es la razón sino la experiencia. Para la postura criticista, no puede haber conocimiento sin la intervención de ambas facultades.
3) El problema del alcance del conocimiento:
¿Cuáles son los alcances o límites del conocimiento? ¿Qué se puede conocer? La respuesta a este problema depende de cómo haya sido resuelto el problema anterior: si la postura es racionalista, puede no haber límites para el conocimiento; si la postura es empirista, sólo se podrá conocer lo que se presenta a la experiencia humana; si la postura es criticista, también el conocimiento se limitará al mundo de la experiencia.
Fuente: Schujman Gustavo, "filosofía", Ed Aique, Buenos Aires, 2007, Pág 59.
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