La respuesta de Blaise Pascal: El hombre como ser grande y miserable a la vez
Nació en Francia en 1623. Se lo conoce más como un genio matemático dedicado al trabajo científico que por su reflexión filosófica acerca del hombre y de Dios.
En su obra "Pensamientos" dice: "...La grandeza del hombre es grande, porque el hombre conoce su miseria Un árbol no conoce su miseria. Es, pues, ser miserable el hecho de sentirse miserable; pero es ser grande, el hecho de conocer que se es miserable..."( Pascal, B., Pensamientos, Buenos Aires, Losada, 1977).
Describe al hombre como un ser que encierra grandes contradicciones puesto que se lo considera grandioso y miserable a la vez.
Ser miserable es sentirse miserable, ser grandioso es conocer que es miserable. El hombre es entonces un ser que conoce y siente y, podemos agregar que piensa.
Dice: "El hombre no es más que un junco, el más débil de la naturaleza, pero un junco que piensa No es necesario que el universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, Una gota de agua, son bastante para hacerlo perecer. Pero, aún cuando el universo le aplastara, el hombre sería más noble que lo que le mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el universo tiene sobre él, el universo no la conoce" .
Por ser débil y sólo un punto en la inmensidad del universo, éste podría aplastarlo y matarlo sin saberlo, pero el hombre sí sabe que muere; su pensamiento es la esencia y lo que lo hace grande:
"Yo puede concebir un hombre sin manos, pies, cabeza... pero no puedo concebir
un hombre sin pensamiento; sería una piedra o un bruto. Es, pues, el pensamiento, lo que hace el ser del hombre, sin lo cual no puede ser concebido. ¿Qué es lo que siente placer en nosotros? ¿La mano? ¿ brazo? ¿La carne? ¿La sangre? Véase cómo es preciso que sea algo inmaterial”.
El ser del hombre, por lo tanto, es el pensar, ahí reside toda su dignidad.
Ahora bien, el pensamiento se puede usar para pensar muchas cosas distintas pero es deber del hombre pensar bien empezando por él mismo y por Dios y su fin.
"El hombre está visiblemente construido para pensar: esto es todo su dignidad y todo su mérito y todo su deber consiste en pensar como es debido; y el orden del pensamiento es empezar por sí mismo, y por su autor y su fin. Pero ¿en qué piensan las gentes? Jamás en esto, sino en danzar, tocar el laúd, cantar, hacer versos, correr sortijas, etc.”
No pensar jamás en "danzar, tocar el laúd, cantar" etc. porque nos distraería de nuestra reflexión y pasaría a ser pasatiempo, cosa que Pascal rechaza por considerar que el objetivo de todas estas cosas es pasar tiempo sin sentirlo, es perder una parte de la vida.
¿Cuál es el conflicto del hombre? El estar tironeado por dos cosas opuestas: dejarse dominar por los deseos corpóreos y vivir una vida disipada, o entregarse a Dios en espera de su Gracia.
Esto surge de esa posición intermedia en la que se encuentra el hombre, es decir de ser punto de unión entre el universo terrenal, que es lo efímero y limitado, y el espiritual, que es eterno y nos acerca a la gracia de Dios.
"Cosa peligrosa es hacer ver con exceso al hombre cómo es semejante a las bes¬tias, sin mostrarle su grandeza a la vez. Pero aún es más peligroso hacerle ver demasiado su grandeza sin su bajeza. Y aún lo es más dejarle ignorar lo uno y lo otro. Pero es muy útil imponerle de lo uno y de lo otro. No es bueno que el hombre se crea igual a las bestias, ni (que crea que es igual) a los ángeles, ni que ignore lo uno y lo otro; sino que sepa lo uno y lo otro."
Esta posición intermedia se manifiesta en el hombre como un conflicto desgarrador, en tanto se encuentra empujado en dos sentidos opuestos: el de la disipación, arrastrado por los deseos corpóreos, y el de la entrega a Dios, a la espera de su Gracia.
Fuente: “Filosofía esa búsqueda reflexiva”, Martha Frassineti de Gallo, Ed A-Zeta, Bs. As, 2005.
En su obra "Pensamientos" dice: "...La grandeza del hombre es grande, porque el hombre conoce su miseria Un árbol no conoce su miseria. Es, pues, ser miserable el hecho de sentirse miserable; pero es ser grande, el hecho de conocer que se es miserable..."( Pascal, B., Pensamientos, Buenos Aires, Losada, 1977).
Describe al hombre como un ser que encierra grandes contradicciones puesto que se lo considera grandioso y miserable a la vez.
Ser miserable es sentirse miserable, ser grandioso es conocer que es miserable. El hombre es entonces un ser que conoce y siente y, podemos agregar que piensa.
Dice: "El hombre no es más que un junco, el más débil de la naturaleza, pero un junco que piensa No es necesario que el universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, Una gota de agua, son bastante para hacerlo perecer. Pero, aún cuando el universo le aplastara, el hombre sería más noble que lo que le mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el universo tiene sobre él, el universo no la conoce" .
Por ser débil y sólo un punto en la inmensidad del universo, éste podría aplastarlo y matarlo sin saberlo, pero el hombre sí sabe que muere; su pensamiento es la esencia y lo que lo hace grande:
"Yo puede concebir un hombre sin manos, pies, cabeza... pero no puedo concebir
un hombre sin pensamiento; sería una piedra o un bruto. Es, pues, el pensamiento, lo que hace el ser del hombre, sin lo cual no puede ser concebido. ¿Qué es lo que siente placer en nosotros? ¿La mano? ¿ brazo? ¿La carne? ¿La sangre? Véase cómo es preciso que sea algo inmaterial”.
El ser del hombre, por lo tanto, es el pensar, ahí reside toda su dignidad.
Ahora bien, el pensamiento se puede usar para pensar muchas cosas distintas pero es deber del hombre pensar bien empezando por él mismo y por Dios y su fin.
"El hombre está visiblemente construido para pensar: esto es todo su dignidad y todo su mérito y todo su deber consiste en pensar como es debido; y el orden del pensamiento es empezar por sí mismo, y por su autor y su fin. Pero ¿en qué piensan las gentes? Jamás en esto, sino en danzar, tocar el laúd, cantar, hacer versos, correr sortijas, etc.”
No pensar jamás en "danzar, tocar el laúd, cantar" etc. porque nos distraería de nuestra reflexión y pasaría a ser pasatiempo, cosa que Pascal rechaza por considerar que el objetivo de todas estas cosas es pasar tiempo sin sentirlo, es perder una parte de la vida.
¿Cuál es el conflicto del hombre? El estar tironeado por dos cosas opuestas: dejarse dominar por los deseos corpóreos y vivir una vida disipada, o entregarse a Dios en espera de su Gracia.
Esto surge de esa posición intermedia en la que se encuentra el hombre, es decir de ser punto de unión entre el universo terrenal, que es lo efímero y limitado, y el espiritual, que es eterno y nos acerca a la gracia de Dios.
"Cosa peligrosa es hacer ver con exceso al hombre cómo es semejante a las bes¬tias, sin mostrarle su grandeza a la vez. Pero aún es más peligroso hacerle ver demasiado su grandeza sin su bajeza. Y aún lo es más dejarle ignorar lo uno y lo otro. Pero es muy útil imponerle de lo uno y de lo otro. No es bueno que el hombre se crea igual a las bestias, ni (que crea que es igual) a los ángeles, ni que ignore lo uno y lo otro; sino que sepa lo uno y lo otro."
Esta posición intermedia se manifiesta en el hombre como un conflicto desgarrador, en tanto se encuentra empujado en dos sentidos opuestos: el de la disipación, arrastrado por los deseos corpóreos, y el de la entrega a Dios, a la espera de su Gracia.
Fuente: “Filosofía esa búsqueda reflexiva”, Martha Frassineti de Gallo, Ed A-Zeta, Bs. As, 2005.
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